26/05/2024 Mañana doradera
Tras una semana de mala mar, y con el gorila a punto de estallar en mi interior, decido hacer una salida de esas en las que sabes que no vas a encontrar el agua bien, y que tocará sufrir.
Para ello, me pertrecho con mi Inverter 90, fusil optimo para lo que me iba a encontrar.
Entro al agua, y efectivamente, oleaje pegando fuerte en la escollera y agua entre sucia y muy sucia.
Al poco de empezar con mis esperas, una lubina se pasea delante mío, el mar de fondo no me deja despegarme de la roca para apuntar y se marcha a toda prisa.
Sigo en lo mío, alterno esperas con acechos. En uno de éstos, una buena dorada aparece a dos metros de mí, pero ya con la velocidad de la huida. El agua sucia no me dejó verla con suficiente tiempo como para apuntarla.
Dos esperas mas tarde, aparece entre la niebla otra buena dorada, que se me pasa corriendo y le hago un tiro mas instintivo que certero, por fuerte, también fue certero y la dejé inerte. Una buena dorada ya cuelga de mi boya.
Otra dorada aparece y desaparece como por arte de magia delante de mis ojos. El agua tan sucia me está poniendo al límite, cualquier despiste, o simplemente no mirar al sitio adecuado durante un segundo, hace que ya no haya tiempo material de reaccion.
Tras esto doy con la segunda dorada, una espera larga, aparece una dorada, y se marcha tras una roca, le sigo la espera por donde creo que saldría, por suerte el único sitio donde un rayo de luz dejaba entrever un par de metros de visibilidad , y dicho y hecho, aparece un segundo, tiempo suficiente para apretar el gatillo y hacerme con ella.
No tardo en empezar a volver siguiendo mis pasos, pero mientras lo hago, continuo haciendo esperas. Otra bonita espera, donde al contraluz veo pescado pequeño tranquilamente, pero se abren de golpe y viene una cabeza hacia mí. Es un bonito breado, disparo rápido y me hago con él.
La tercera y última pieza del día se suma al pasador, y para lo que prometía el día, no me puedo quejar.
El mar nunca tiene una explicación para cada situación,, solo que hay que estar allí, en el momento adecuado.