lunes, 27 de enero de 2014

25/01/2014: El dia del olvido..
El día empezó como el 99% de mis días de pesca, madrugando mucho…. Durante la semana las ganas de ir a pescar fueron aumentando, hasta el punto que el Viernes al irme a dormir, volví a sentir esa sensación de hormigueo en el estómago,,,, mi cabeza me decía que en esta época, la lubina ya se ha marchado con casi toda seguridad, pero mi corazón replicaba indicando que no, que había que intentarlo, y así lo hice….



Madrugón y carretera y manta hasta el punto habitual de pesca en esta época… Llego amaneciendo,, sólo poder ver esa imagen, ya ha merecido la pena el madrugón y los kilómetros… Empiezo a cambiarme y cuando voy a ponerme los guantes,,, los guantes?,, dónde están?... me cag….. en todo.. me los he dejado en casa… No se me pasa por la cabeza abandonar, y así que decido entrar al agua sin ellos…  . Os parecerá una tontería, pero pensé,, si las mujeres de antaño tenían que fregar ropa y platos con agua helada,, no me voy a echar yo atrás por estar un ratito con las manos frías,,,. Entro y la primera impresión es la esperada,,, el agua corta (11º tienen la culpa)… cargo el fusil antes de mojarme las manos,, aun así ya es todo un reto,,, . Empiezo con las esperas, y al principio se hace soportable, pero después, mis manos pasan a un estado extraño… se tornan un poco moradas, rojizas, y tengo agarrado el fusil pero con una sensación de poca maniobrabilidad y como si se me fuera a caer de las manos en cualquier momento. Espero no tener que dar muchos tiros, porque creo que soy incapaz de volver a cargarlo. Las esperas se repiten una tras otras, fundidas en un letargo y aburrimiento, sólo roto por los pinchazos de los erizos en las manos, y la visita de alguna que otra lisa… Llevo ya casi dos horas, y es hora de salir… mi mente tenía razón, no hay nada de nada.

De vuelta al coche, no he sido capaz de poder coger la llave, y he tenido que pedir ayuda para abrirlo  a una mujer que pasaba….. Vaya cara que puso,,,, Creo que en su mente se pasó la palabra “loco”.

Sospesé cambiar de sitio o cambiarme y volver para casa, pero es pronto, y tras mojarme las manos con agua caliente que me quedaba en la garrafa, puse rumbo al segundo puesto… las manos se acostumbran al frío, pero veo que la suerte es la misma,, el pescado brilla por su ausencia aún con el agua en perfectas condiciones para la pesca.. Lo intento por último en otro sitio más, y digo que ya es suficiente,, cuatro horas y media de agua y no ver ni un solo pescado en condiciones, han acabo por convencerme de que hoy no era el día.. así que a cambiarse y para casa….

Lo mejor, la sensación de relajación que uno siente , como siempre digo, éste deporte es duro en Invierno, pero muy satisfactorio con uno mismo….



Espero que la próxima, sea un poco más “entretenida”….